Los 6 pilares de las parejas felices y estables | Walter Riso

¿Qué hacen las parejas que realmente funcionan? ¿Qué las diferencia de las que fracasan una y otra vez?
Walter Riso nos comparte los seis pilares que sostienen las relaciones más sanas, felices y duraderas.


1. Deseo: tu pareja tiene que gustarte

“El deseo no se entrega como un acto piadoso: se siente o no se siente.”

El deseo sexual y erótico no es un extra, es una necesidad natural que refuerza el vínculo de pareja. Riso lo compara con un postre irresistible: incluso si te empalagas, al poco tiempo vuelven las ganas.
El contacto físico, los juegos, el coqueteo, las fantasías compartidas… todo esto mantiene viva la chispa. Y no debería vivirse como un sacrificio o una rutina obligatoria, sino como una forma libre y lúdica de conexión.


2. Admiración: amar también es valorar

“No puede haber amor sin admiración. Sentirte afortunado de tener a esa persona.”

Admirar no es venerar. Es valorar cualidades, habilidades, gestos y hasta pequeños detalles de tu pareja. Desde su sentido del humor hasta cómo te mira o cocina.
El verdadero amor nace cuando sientes que estás con alguien a quien genuinamente respetas y valoras. Y no solo por lo físico, sino por cómo esa persona vive, piensa y actúa.


3. Sintonía: estar alineados en lo fundamental

“Los contrarios chocan. Las parejas felices se entienden en lo esencial.”

No se trata de pensar igual en todo, pero sí de coincidir en lo que de verdad importa: valores, visión de vida, sentido del humor, sensibilidad.
La sintonía emocional permite compartir alegría, reírse juntos, comprenderse sin demasiadas explicaciones. Sin esa base, se vuelve muy difícil construir una relación duradera.


4. Sensibilidad y entrega: tu dolor me importa

“Si no me duele lo que te duele, no te merezco.”

Las parejas felices son empáticas. Se conmueven con el sufrimiento del otro, se alegran con sus triunfos. No desde el sacrificio, sino desde el amor.
En ocasiones, el “yo” tiene que dar un paso atrás para que el “nosotros” crezca. Esa entrega mutua crea una conexión profunda y sincera.


5. Respeto: no eres mío, compartimos la vida

“No es ‘mi mujer’ ni ‘mi marido’. Es una persona con derechos, valores e historia.”

El respeto empieza cuando ves a tu pareja como un sujeto, no como un objeto.
Significa escuchar, no invadir, permitir que el otro sea, tenga espacio, crezca. Las parejas que se respetan se sienten seguras, vistas, valoradas. No se cosifican ni se anulan.


6. Comunicación honesta y amable

“No interpretes: escucha lo que tu pareja dice, no lo que tú crees que quiere decir.”

La base de toda buena comunicación es la honestidad con cuidado.
No se trata solo de hablar, sino de escuchar, de responder con amabilidad, de no proyectar inseguridades o suposiciones. Y sobre todo, de confiar en que el otro no quiere hacerte daño.


Reflexión final de Walter Riso

Para Walter Riso, una pareja que funciona no es producto del azar ni del romanticismo ciego, sino de un ejercicio consciente de conexión, respeto y amor genuino. Los seis pilares que plantea —deseo, admiración, sintonía, sensibilidad, respeto y comunicación— no son teorías abstractas, sino prácticas cotidianas que construyen o desgastan una relación. En su mirada, amar no basta: hay que saber cómo amar. Y ese “cómo” implica no solo querer al otro, sino querer quererlo bien. Riso pone énfasis en que una pareja no debe vivirse desde la dependencia o la costumbre, sino desde una elección libre, lúcida y amorosa. Cuando el deseo se combina con la admiración, cuando la sensibilidad convive con el respeto, y cuando la comunicación es honesta y amable, la pareja se convierte en un lugar seguro. Un refugio mutuo, donde el amor no pesa, sino que impulsa.

Mi reflexión final

Aunque comparto con Riso la importancia de estos seis pilares, mi propia experiencia me lleva a añadir un matiz esencial: la flexibilidad emocional. A veces, no tener sintonía total no significa estar mal; hay belleza en las diferencias cuando se manejan con apertura y curiosidad. También creo que hay momentos en los que el deseo fluctúa, y eso no siempre es una alerta roja. Aprender a navegar esos ciclos sin dramatismos es parte del amor maduro.

Para mí, lo más revelador del planteamiento de Riso es cómo pone la admiración en el centro. En lo personal, he notado que cuando dejo de admirar a mi pareja, empiezo a desconectarme. Pero cuando me detengo a mirar lo que sí valoro, incluso en los días difíciles, recupero el hilo del vínculo. La clave, creo, está en no dar nada por sentado. Ni al otro, ni a uno mismo.

En resumen, me quedo con esta idea: una buena relación no se trata solo de evitar el conflicto, sino de construir activamente una conexión viva, con deseo, respeto y verdad. Y para eso, hay que estar presente y comprometido, incluso cuando no es fácil. Ahí es donde realmente se diferencia una pareja que funciona.


💬 Mira el video completo para reflexionar sobre tu relación y detectar qué pilares puedes fortalecer. No te resignes a una relación que puede mejorar con consciencia y compromiso.

  • Walter Riso

    Walter Riso nació en Nápoles, Italia, y emigró a Colombia cuando era niño. Se formó como psicólogo en la Universidad de San Buenaventura y posteriormente completó estudios de posgrado en…

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