Cómo transformar la soledad afectiva en crecimiento | Walter Riso
¿Y si la soledad no fuera un castigo, sino una oportunidad?
La soledad afectiva no siempre es un castigo. Walter Riso nos invita a reflexionar, sin anestesia ni autoengaños, sobre una de las emociones más temidas y comunes: la soledad afectiva.
La soledad afectiva no es estar solo, es no sentirse querido
Riso lo deja claro: no hablamos de falta de amigos o de vida social. Hablamos de ese vacío que aparece cuando nadie te ama de verdad.
Detrás de esa sensación suele haber una herida antigua: la creencia profunda de no ser «querible». Una idea que susurra desde la infancia, reforzada por rechazos, fracasos amorosos o malas elecciones.
“¿Por qué me atraen personas que no me valoran? Porque creo que no merezco más.”
La soledad como reflejo de la autoestima
A veces, buscamos relaciones desde la carencia:
- Si me siento débil, busco a alguien fuerte.
- Si me creo poco atractivo, busco a quien confirme mi valía externa.
- Si vengo de relaciones tóxicas, repito el patrón sin darme cuenta.
Riso propone algo radical: una huelga afectiva.
Seis meses sin buscar pareja.
Seis meses para reconectar contigo, sanar, reforzarte, disfrutar…
Y, sin darte cuenta, podrías encontrarte con alguien que te vea tal y como eres.
El error no es fracaso
“No cambiaste entre una relación y otra. Cambió quien te miraba.”
Si alguien te hizo sentir insuficiente, no significa que lo seas.
A veces, simplemente eliges mal. Pero el error es parte del camino. El fracaso solo existe si te rindes.
La clave está en salir al mundo
No se trata de mendigar amor.
Se trata de abrir puertas, soltar feromonas, dejar que la vida te cruce con personas afines.
A veces, un asado, un curso de cocina o un paseo se convierten en la primera página de una nueva historia.
Reflexión final de Walter Riso
Para Walter Riso, la soledad afectiva no es una condena, sino una oportunidad poderosa de transformación interior. Él desmonta la creencia romántica de que solo somos valiosos si alguien nos ama. Propone un enfoque valiente: parar, hacer huelga afectiva y reencontrarse con uno mismo. Según Riso, cuando aprendemos a estar bien sin pareja, cuando nos sanamos desde dentro, dejamos de buscar validación en los demás. Y entonces, casi por arte de magia, llega alguien que no cubre carencias, sino que celebra nuestra plenitud.
Para él, el verdadero amor propio es reconocer que no necesitamos amor para ser completos, sino para compartir desde lo que ya somos. La soledad afectiva, vista desde esta perspectiva, deja de ser un vacío y se convierte en una pausa fértil, en una cuna donde nace una versión más fuerte, más serena y más auténtica de nosotros mismos.
Mi reflexión final
Confieso que la idea de una “huelga afectiva” me pareció extrema al principio. ¿Seis meses sin buscar pareja? En una época en la que las apps de citas y la inmediatez nos empujan a estar «en el mercado» constantemente, suena casi subversivo. Pero mientras más lo pienso, más sentido tiene. A veces, el silencio emocional permite escuchar la propia voz con más claridad.
Yo he sentido esa soledad de la que habla Riso: no la de estar solo, sino la de no sentirse realmente querido. Y sí, muchas veces busqué relaciones desde la necesidad, desde la esperanza de que alguien “llenara el hueco”. Spoiler: no funcionó.
Contrastar mi experiencia con la de Riso me deja una conclusión clara: no se trata de huir de la soledad, sino de habitarla. De mirarla sin miedo, de entender lo que dice de mí. Tal vez no necesito una pareja ahora. Tal vez necesito aprender a abrazarme más fuerte. Y si alguien aparece, que sea para caminar a mi lado, no para rescatarme.
✨ Mira el video completo y descubre cómo transformar la soledad afectiva en una etapa de crecimiento, plenitud y nuevas oportunidades.

Walter Riso
Walter Riso nació en Nápoles, Italia, y emigró a Colombia cuando era niño. Se formó como psicólogo en la Universidad de San Buenaventura y posteriormente completó estudios de posgrado en…