Cómo poner límites en pareja sin romper el vínculo | Nilda Chiaraviglio

A veces nos sentimos confundidos, frustrados o incluso heridos cuando nuestra pareja no respeta lo que creíamos haber acordado juntos. ¿Pero fue realmente un acuerdo? ¿O fue una imposición disfrazada de diálogo?

En esta reflexión profunda, Nilda Chiaraviglio nos invita a distinguir entre acuerdos reales y límites personales, con ejemplos cotidianos que resuenan en cualquier relación.


¿Qué es un acuerdo de verdad?

Un acuerdo no es una orden encubierta. Es el resultado de una conversación abierta, sincera y equilibrada entre dos personas que desean llegar a un mismo punto desde sus propias realidades. Es importante recordar que ceder por miedo o evitar una discusión no es acordar: es rendirse. Y eso, a la larga, se rompe.

“Si el acuerdo no es bueno para ambos, es frágil. Es muy probable que se rompa.”


¿Y los límites? No son lo que crees

Muchos intentan ponerle límites al otro. Pero como explica Nilda: no podemos controlar la conducta ajena, solo la nuestra. Decir “no me grites” rara vez cambia algo. En cambio, decir “yo en estos términos no voy a continuar esta conversación” y retirarse de forma respetuosa —eso sí es un límite efectivo.

Ella lo llama tiempo fuera responsable: una pausa consciente, sin castigos, sin portazos, sin silencios pasivo-agresivos. Con respeto y fecha de regreso.


Ponerte límites a ti mismo dignifica tu palabra

Un límite personal se sostiene en el tiempo si tú lo respetas. Si decides que no vas a tolerar ciertos tratos o que vas a dejar de reaccionar de cierto modo, debes actuar en consecuencia. Porque si tú no valoras tu palabra, ¿por qué lo haría el otro?

Un ejemplo tierno y poderoso lo dio una madre que quería dejar de gritar a sus hijos. En lugar de castigarse o pedirles que la corrigieran, decidió que cada vez que se equivocara, pondría una moneda en sus alcancías. Un gesto simbólico y educativo que transformó su conciencia… y la de sus hijos.


¿Y si mi pareja llega tarde siempre?

Otro ejemplo: la impuntualidad. ¿Qué haces cuando el otro no llega a tiempo? Esperas… y te enojas. Pero si decides esperar, la incomodidad es tuya. Entonces la pregunta cambia: ¿cómo puedes cuidar de ti mientras esperas? ¿Cómo transformar ese tiempo en algo nutritivo?

Ser creativo es parte del autocuidado. No para ignorar lo que duele, sino para asumir que tu bienestar es tu responsabilidad.


Reflexión final de Nilda Chiaraviglio

Desde su mirada compasiva pero firme, Nilda Chiaraviglio nos recuerda que el respeto genuino en una relación no nace de imponer, sino de acordar. Para ella, un verdadero acuerdo se construye desde la honestidad y la libertad mutua, sin miedo ni manipulación. Nos propone dejar de obsesionarnos con “ponerle límites al otro” y empezar a mirarnos a nosotros mismos: ¿Qué estoy dispuesto a permitir? ¿Cómo reacciono ante lo que no me gusta?

Nilda subraya que los límites personales no son amenazas ni ultimátums: son actos de coherencia. Y esa coherencia se traduce en acciones pequeñas pero poderosas, como retirarse a tiempo de una discusión tóxica o encontrar formas creativas de cuidarnos cuando el otro no cumple lo que esperábamos. Ella valora profundamente la capacidad humana para transformar con sutileza, y nos invita a usar esa creatividad no como evasión, sino como autocuidado activo.

Su mensaje es claro: no podemos controlar a nadie más, pero sí podemos construir relaciones más auténticas desde el respeto a nuestra propia palabra.

Mi reflexión final

Lo que más me resonó de esta reflexión fue el contraste entre ceder por miedo y acordar desde la libertad. Muchas veces me encontré diciendo “sí” solo para evitar el conflicto, y luego sintiéndome traicionado cuando el otro no “cumplía”. Pero ahora entiendo: ese “sí” no fue un acuerdo, fue una renuncia disfrazada.

También me impactó la idea de que los límites no son para el otro, sino para mí. Me hizo pensar en cuántas veces intenté cambiar al otro en vez de cuidarme a mí mismo. La anécdota de la madre y las monedas me pareció especialmente potente: habla de responsabilidad sin culpa, de cambios reales y sostenibles desde el amor propio.

Mientras Nilda habla desde una sabiduría profesional, yo lo vivo desde la experiencia: he aprendido (a veces a los tumbos) que cuando empiezo a honrar mi palabra y a ser coherente con mis decisiones, las relaciones cambian. Algunas se fortalecen. Otras, simplemente, se alejan. Pero yo me siento más en paz.

Y eso, creo, también es un acuerdo: uno conmigo mismo.


🎥 Te recomiendo ver el video completo con Nilda Chiaraviglio. Está lleno de ejemplos reales, ideas prácticas y reflexiones que pueden ayudarte a transformar tu forma de relacionarte.
💬 ¿Qué opinas tú? ¿Has pasado por algo parecido? ¿Cómo gestionas los acuerdos o los límites en tus relaciones?
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