Cómo soltar a alguien que ya se fue y recuperar tu paz | Walter Riso

¿Por qué cuesta tanto soltar a alguien que ya se fue?
Aunque la relación terminó, muchas veces seguimos atados a la idea, la culpa o la esperanza. Walter Riso explica las verdaderas razones psicológicas por las que no logramos cerrar ese capítulo.


1. Culpa y duda

Nos preguntamos: ¿Qué hice mal?
Y si la otra persona nos culpa, aún peor.

“Si no hiciste nada intencionalmente para dañar la relación, la culpa está de más.”

Aceptar que la otra persona ya venía alejándose —sin avisarte— no es tu responsabilidad.


2. Esperanza

Seguimos esperando que vuelva. Que cambie.
Que “se dé cuenta”.

“La esperanza te ata a una ficción. Es mejor la desesperanza: esperar nada.”

Si te quiere, estará. No hay que buscar excusas ni justificar ausencias.


3. Idealización

Después de la ruptura, tu mente exagera lo bueno y olvida lo malo.

Idealizar a tu ex es un suicidio psicológico.”

Dejas de recordar lo real para aferrarte a lo que pudo haber sido… pero no fue.


4. Lo que pudo ser (y no fue)

Fantasear con futuros que no se dieron es una trampa emocional.

“Lo que pudo ser y no fue… no existe. Solo es una ilusión dolorosa.”

Aceptar la realidad es duro, pero necesario para avanzar.


Reflexión final de Walter Riso

Desde su enfoque como psicólogo cognitivo, Walter Riso sostiene que nuestra dificultad para soltar a alguien que ya se fue tiene raíces profundas en mecanismos psicológicos autodestructivos. Para él, quedarse en la culpa, la esperanza o la idealización no es otra cosa que una forma de autosabotaje emocional. Riso insiste en que no somos responsables de la desconexión emocional del otro, y que debemos renunciar a toda esperanza de cambio cuando ya nos han dejado en claro su ausencia. Su mensaje es claro: aceptar, por doloroso que sea, es el camino hacia la libertad interior. No se trata de negar lo que se vivió, sino de ponerlo en su justa medida. Dejar de idealizar, dejar de proyectar futuros imposibles, y sobre todo, dejar de culparse por lo que ya no se puede cambiar. En definitiva, soltar es un acto de amor propio.

Mi reflexión final

Comparto muchas de las ideas de Walter Riso, pero creo que hay una dimensión emocional que no siempre se puede racionalizar. A veces, no es que nos aferremos porque queramos, sino porque la mente y el corazón no van al mismo ritmo. Entiendo que idealizar a alguien o mantener la esperanza puede hacernos daño, pero también creo que esos procesos son parte del duelo. No podemos acelerar el olvido ni forzar la aceptación como si fuera un interruptor. Para mí, soltar no solo es un acto de amor propio, como dice Riso, sino también un ejercicio de paciencia y compasión con uno mismo. Aprender a perdonarse por seguir pensando en esa persona, a respetarse en la tristeza, y a darse el tiempo necesario para reconstruirse. No se trata de negar el dolor, sino de atravesarlo con conciencia. En mi experiencia, soltar a alguien no es un punto final, es una serie de puntos suspensivos que poco a poco van tomando forma de nuevo comienzo.


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✨ No te quedes atado al pasado. Mereces un amor que esté presente y te elija cada día.

Walter Riso

Walter Riso

Walter Riso nació en Nápoles, Italia, y emigró a Colombia cuando era niño. Se formó como psicólogo en la Universidad de San Buenaventura y posteriormente completó estudios de posgrado en…

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